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Orí­genes
Catalogado en la Delegación de Cultura como Dolmen de Villablanca

En términos arqueológicos, existe una gran diferencia entre pobladores y civilización tal y como la conocemos hoy en dí­a. Se puede buscar el origen de un pueblo a través de las culturas o sociedades con cierto nivel de organización, pero también se puede tener en cuenta la fecha, más o menos exacta, en la que se conocen pobladores humanos en la zona.

La presencia humana en el término municipal de Ayamonte tiene, posiblemente, más de 4.500 años de antigüedad. Esta datación se basa en el hallazgo del Dolmen del Cabezo del Romeral o Dolmen de la Tenencia, construcción funeraria prehistórica descubierta en las inmediaciones de la finca “Los Aparicios” y clasificada por el Dpto. de Arqueologí­a de la Delegación Provincial de Cultura con el número de expediente 211006.

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En las proximidades de este dolmen, situado cronológicamente en la época calcolí­tica, pueden observarse, a lo largo de los paramos que llevan a la ribera del rí­o Guadiana, distintos enterramientos “en cistas” que atestiguan la presencia de una civilización en nuestra zona durante la Era del Cobre.

Lamentablemente, se carece de información sobre estos vestigios de la prehistoria siendo muy sorprendente que no se hayan dado a conocer al público estos importantes hallazgos, más si cabe cuando representan un testimonio fidedigno de los orí­genes de nuestra ciudad.

Esto ha llevado al equipo de Ayamonte.org a emprender una labor de investigación destinada a recopilar datos de esta etapa desconocida de la historia de nuestra ciudad. La herramienta que se ha mostrado más fructí­fera es el trabajo de campo combinado con el sondeo de lugareños y usuarios habituales de las zonas investigadas.

La calificación de Coto Privado de Caza de las fincas en que se hallan los yacimientos los ha preservado en cierto modo del saqueo indiscriminado pero, a la vez, ha evitado su conocimiento general predisponiendo a ubicar el origen de Ayamonte en la época tartésica.

Según cuenta la leyenda se cree que una ciudad llamada Tartessos estuvo situada en una de las barriadas de Ayamonte, Punta del Moral. “Y, siguiendo las órdenes del Oráculo, varios pueblos Tirios y Fenicios poblaron este enclave donde abundaban caños de agua”.

Existen muchas hipótesis sobre el origen del nombre de nuestra ciudad. Algunos lo relacionan con el término anapote o anapotamon (sobre el rí­o en griego). Otros autores reúnen los vocablos aya (término ibero primitivo procedente del caldeo que significa monte) con montis (del latí­n monte). Otras fuentes atribuyen el origen de Ayamonte a la palabra Ayad, nombre de un curandero o santón árabe al que acudí­an de todos los confines de Al-Andalus por su fama y buen hacer.

Como recoge el itinerario del Emperador Antonio Augusto Caracalla, los romanos denominaron -muchos años más tarde- a estos caños de agua “Bocas del Rí­o Guadiana”, en latí­n “Ostium Fluminis Anae”. Ptolomeo identificaba geográficamente a nuestra ciudad como Canaca, que en nuestra opinión puede asemejarse a Canela, lo que nos darí­a una aproximación del origen del nombre de la isla.

Etimológicamente, Ayamonte, también podrí­a significar “sobre el puente” por lo que el nombre de Ayamonte harí­a referencia a estos esteros situados al pie del monte.

Por último, según Dí­az Santos, M.L.-1.990, existe constancia del nombre de nuestra ciudad en las crónicas de historia y geografí­a de Ahmed Mohamed Arrasi, en el siglo X.