Ante tanto mensaje alarmista, cargado de miedos y malos augurios, es bueno hacer una pausa y observar la realidad. Desde hace muchos años pertenezco al Cuerpo de la Policía Local de Ayamonte, ciudad que me cautivó y me acogió haciéndome sentir ayamontino a mi y a los míos, y fue por sus innumerables bondades, que todos conocen, pero especialmente por una de ellas.
Nadie recuerda una crisis como esta, y se hace duro mirar al futuro pensando en nuestros hijos, pero dicen, que es en tiempo de crisis donde aflora lo mejor de las personas, y aquí,
ayamontinos, estáis sacando matrícula de honor.
El bicho, el enemigo, nos invadió y nos robó el abrazo, el contacto, y la cercanía humana, más de dos meses sin abrazar a nuestros padres, sin besar a nuestra abuela… el virus nos quitó hasta la Semana Santa, pero nuestras Hermandades, del Lunes Santo, de la Humildad, del Cristo de Vera Cruz… no iban a permitirlo y nos armaron con cajas de guantes y máscaras, y en nuestra Jefatura, en la que atendemos a nuestros ciudadanos cuando nos piden ayuda, ahora son ellos los que llegan a ofrecerla, la tienda de Aurelia en Canela, la Floristería La Noria, Ayapunt, Estación de Servicio BP, los partidos políticos, Carmen Vega, Veterinaria Deli, Super Estrella, Hostal Los Mellizos, Telepizza, personas incluso ofreciendo su disponibilidad, y eso es lo que me cautivó hace años, su gente.
Y cuando sabes que hay decenas de ayamontinos y ayamontinas cosiendo en sus casas para que todos tengan mascarillas, la administración de Ayamonte se sube al barco de la batalla, y veo en primera línea a los compañeros del Centro de Salud por nuestras calles en su ambulancia, al Ayuntamiento saliendo al mercado de la locura y consiguiendo a precio de oro las escasas mascarillas homologadas que quedan, se blinda el pueblo, la Policía, Guardia Civil de Ayamonte, Protección Civil, Cruz Roja, Servicios Sociales… todos a una nos exponemos en los servicios, en las ayudas, en los controles… y a pesar de un mínimo porcentaje asumible, como siempre los ayamontinos responsables están dando la talla, y los agentes somos testigos durante el amanecer, de la marcha diaria de
trabajadores al campo para que nuestros repartidores hagan que no falte nada en El Jamón, y la cajera, entre guantes, máscaras, y pantallas de PVC, te muestre una sincera sonrisa de oreja a oreja, dándote las gracias por pagar con tarjeta.
La batalla se libra desde el agua, con Ayudantía de Marina, y desde el aire, con Toño y sus
drones, y desde tierra, con el Ejército visitando residencia de mayores, Aprosca y Aspreato, con el cartero, con el barrendero… y como no, Plaguinsa desinfectando gratuitamente nuestra casa, nuestra policía, pero sobre todo se lucha desde el corazón, Portugal nunca estuvo tan lejos, y a la vez tan cerca, ya que la solidaridad atraviesa fronteras, controladas por nuestros hermanos del Cuerpo Nacional, con la caballería de la empresa de aguas de Villareal de Santo Antonio o de muchos amigos portugueses.
Necesitaría un libro para agradecer todas las muestras se sensatez, esfuerzo y ayuda de las que soy testigo, nuestra limpiadora Gema, las farmacias, Capel, Wihu, la página no oficial de la PL de Ayamonte, y un largo etcétera, y pido disculpas a quien deje sin nombrar, porque sois muchos, y a todos os tenemos presente en nuestra labor diaria.
Gracias a todos, y gracias a mis compañeros, agentes que sin dudar han ido al frente,
trabajando varias semanas sin descanso, sin quejas, ayudando, agentes que he visto ser galardonados por toda Andalucía por no temer entrar en un incendio, que no tienen miedo al acudir a una reyerta, con entereza ante accidentes graves, que aportan su granito de arena en las campañas de alimentos, que no titubean al luchar contra el bicho, y que sin embargo, hombres tan grandes tienen que sentarse a coger aire cuando Rocío Madrona Ortega, de 8 añitos, les deja en el cristal del patrullero una carta agradeciendo su labor y recordando a su abuela que la cuida desde el cielo, abuelos que tras dejarnos este maravilloso Ayamonte, se ven obligados a cumplir años en la soledad de su casa, pero no están solos, porque como Loli Pili en la calle Córdoba, tienen a toda su familia deseando volver a abrazarla.
Me siento orgulloso de la Policía de Ayamonte, me siento orgulloso de Ayamonte, desde Pozo del Camino hasta Punta del Moral, desde Costa Esuri hasta Canela, Ayamonte no puede ser más grande, y no lo digo por su extensión. Esto acaba de empezar, y ahora viene lo más difícil, pero sabemos que seguiréis demostrando vuestra fuerza, vuestro compromiso, todos juntos vamos a ganar en esta odisea, y sin prisas, llegará un día en que La Laguna se vuelva a llenar de las risas de nuestros niños, la playa se inunde de cometas, y el paseo reúna a nuestros mayores con ambiente carnavalero.
Desde la Policía deseamos que todo acabe, y que vuestras familias, nuestra familia, recupere la salud y el trabajo, porque el amor nunca se perdió. Nuestro aplauso de las ocho, va para vosotros.
En nombre del Cuerpo de la Policía Local de Ayamonte, Gracias Ayamonte, GRACIAS.
30 de abril de 2020.
Nadie recuerda una crisis como esta, y se hace duro mirar al futuro pensando en nuestros hijos, pero dicen, que es en tiempo de crisis donde aflora lo mejor de las personas, y aquí,
ayamontinos, estáis sacando matrícula de honor.
El bicho, el enemigo, nos invadió y nos robó el abrazo, el contacto, y la cercanía humana, más de dos meses sin abrazar a nuestros padres, sin besar a nuestra abuela… el virus nos quitó hasta la Semana Santa, pero nuestras Hermandades, del Lunes Santo, de la Humildad, del Cristo de Vera Cruz… no iban a permitirlo y nos armaron con cajas de guantes y máscaras, y en nuestra Jefatura, en la que atendemos a nuestros ciudadanos cuando nos piden ayuda, ahora son ellos los que llegan a ofrecerla, la tienda de Aurelia en Canela, la Floristería La Noria, Ayapunt, Estación de Servicio BP, los partidos políticos, Carmen Vega, Veterinaria Deli, Super Estrella, Hostal Los Mellizos, Telepizza, personas incluso ofreciendo su disponibilidad, y eso es lo que me cautivó hace años, su gente.
Y cuando sabes que hay decenas de ayamontinos y ayamontinas cosiendo en sus casas para que todos tengan mascarillas, la administración de Ayamonte se sube al barco de la batalla, y veo en primera línea a los compañeros del Centro de Salud por nuestras calles en su ambulancia, al Ayuntamiento saliendo al mercado de la locura y consiguiendo a precio de oro las escasas mascarillas homologadas que quedan, se blinda el pueblo, la Policía, Guardia Civil de Ayamonte, Protección Civil, Cruz Roja, Servicios Sociales… todos a una nos exponemos en los servicios, en las ayudas, en los controles… y a pesar de un mínimo porcentaje asumible, como siempre los ayamontinos responsables están dando la talla, y los agentes somos testigos durante el amanecer, de la marcha diaria de
trabajadores al campo para que nuestros repartidores hagan que no falte nada en El Jamón, y la cajera, entre guantes, máscaras, y pantallas de PVC, te muestre una sincera sonrisa de oreja a oreja, dándote las gracias por pagar con tarjeta.
La batalla se libra desde el agua, con Ayudantía de Marina, y desde el aire, con Toño y sus
drones, y desde tierra, con el Ejército visitando residencia de mayores, Aprosca y Aspreato, con el cartero, con el barrendero… y como no, Plaguinsa desinfectando gratuitamente nuestra casa, nuestra policía, pero sobre todo se lucha desde el corazón, Portugal nunca estuvo tan lejos, y a la vez tan cerca, ya que la solidaridad atraviesa fronteras, controladas por nuestros hermanos del Cuerpo Nacional, con la caballería de la empresa de aguas de Villareal de Santo Antonio o de muchos amigos portugueses.
Necesitaría un libro para agradecer todas las muestras se sensatez, esfuerzo y ayuda de las que soy testigo, nuestra limpiadora Gema, las farmacias, Capel, Wihu, la página no oficial de la PL de Ayamonte, y un largo etcétera, y pido disculpas a quien deje sin nombrar, porque sois muchos, y a todos os tenemos presente en nuestra labor diaria.
Gracias a todos, y gracias a mis compañeros, agentes que sin dudar han ido al frente,
trabajando varias semanas sin descanso, sin quejas, ayudando, agentes que he visto ser galardonados por toda Andalucía por no temer entrar en un incendio, que no tienen miedo al acudir a una reyerta, con entereza ante accidentes graves, que aportan su granito de arena en las campañas de alimentos, que no titubean al luchar contra el bicho, y que sin embargo, hombres tan grandes tienen que sentarse a coger aire cuando Rocío Madrona Ortega, de 8 añitos, les deja en el cristal del patrullero una carta agradeciendo su labor y recordando a su abuela que la cuida desde el cielo, abuelos que tras dejarnos este maravilloso Ayamonte, se ven obligados a cumplir años en la soledad de su casa, pero no están solos, porque como Loli Pili en la calle Córdoba, tienen a toda su familia deseando volver a abrazarla.
Me siento orgulloso de la Policía de Ayamonte, me siento orgulloso de Ayamonte, desde Pozo del Camino hasta Punta del Moral, desde Costa Esuri hasta Canela, Ayamonte no puede ser más grande, y no lo digo por su extensión. Esto acaba de empezar, y ahora viene lo más difícil, pero sabemos que seguiréis demostrando vuestra fuerza, vuestro compromiso, todos juntos vamos a ganar en esta odisea, y sin prisas, llegará un día en que La Laguna se vuelva a llenar de las risas de nuestros niños, la playa se inunde de cometas, y el paseo reúna a nuestros mayores con ambiente carnavalero.
Desde la Policía deseamos que todo acabe, y que vuestras familias, nuestra familia, recupere la salud y el trabajo, porque el amor nunca se perdió. Nuestro aplauso de las ocho, va para vosotros.
En nombre del Cuerpo de la Policía Local de Ayamonte, Gracias Ayamonte, GRACIAS.
30 de abril de 2020.
